sábado, 24 de junio de 2023

Arda Güler

 


Hay jugadores de los que surge uno cada veinte años. Y se les distingue en cuanto se les ve tocar el balón, pues están tocados con la varita de la magia del futbol. Y Arda Güler es uno de ellos.

En un futbol donde cada vez predominan más el físico y la táctica, donde el noventa por ciento de los futbolistas de hoy en día no saben hacer un regate, ver a un jugador como Güler es un regalo para la vista de los amantes del futbol de calidad. Es de esos jugadores capaces de inventarse el regate imposible, de ver la asistencia que nadie más ve.

En definitiva, es de esos jugadores por los que vale la pena pagar una entrada para ir a un estadio de futbol. Porque para ver a veintidós tuercebotas corriendo noventa minutos y pegando patadas yo al menos no pagaría una entrada, eso ya lo veo en el equipo de mi barrio. Pero para ver a jugadores como Güler sí, porque ellos son los que hacen que el futbol merezca la pena, los que lo convierten en algo más que un deporte, en arte.

Puede que me equivoque al lanzar una apuesta tan arriesgada con un chaval de dieciocho años porque el futbol da muchas vueltas. Pero por lo que le he visto, ni Mbappé, ni Vinicius, ni Halland ni ostias, este chico está llamado a ser el mejor jugador del mundo. Ojalá no se le escape al Real Madrid. Y si no, juzguen ustedes mismos.




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